Consejo n.º 1: Sé más agresivo de lo que te gustaría ser.
En el poker, la única forma de ganar es apostar y la única forma de ganar mucho es apostar mucho. El poker es un juego de agresividad concentrada y cronometrada. A medida que domines las reglas básicas del juego, aprenderás que necesitarás aumentar la agresividad en la mesa.
Los jugadores novatos suelen ser demasiado cautos. Pasan cuando deberían apostar e igualan cuando deberían subir. En aperturas de manos fuertes, como pares altos o A-K o A-Q, deberías jugar de forma más agresiva de la que crees correcta. Estas cartas son fantásticas para comenzar, así que querrás asegurarte, en un juego con una mesa llena de oponentes, de presionar a los jugadores con peores cartas o de forzarlos a que paguen para seguir jugando. No hay nada peor que desperdiciar una pareja de reyes para que alguien que haya pasado antes del flop con 8-4, consiga de milagro una escalera y te gane. Haz que paguen para ver esas cartas y expulsa al máximo de jugadores posibles del bote tan pronto como puedas. Con seis personas para el bote, tienes una probabilidad de ganar de solo el 17 %. Con solo dos personas para el bote, se dispara hasta el 50 %.
Lo peor de jugar con cautela es que el resto de jugadores te identificarán como el jugador más débil. Si casi nunca apuestas o subes, los jugadores más fuertes te presionarán, pues saben que cederás a la presión. Si vas a lo grande, los jugadores sabrán de inmediato que tienes una mano fuerte y todo el mundo se retirará, lo que reducirá la cantidad obtenida.
Recuerda que el juego agresivo es la base para crear botes grandes. Si tienes una mano ganadora, tu mejor opción será exprimir la mesa y conseguir todo lo que puedas. Esto es lo que hace del poker algo divertido y emocionante.